martes, 24 de febrero de 2009

Dispersiones de la conciencia...

"El árbol"

“Un día soñé con un maravilloso árbol, de infinitas dimensiones, que brillaba con tornasoles y en el cual cada rama poseía incontable cantidad de hojas…
En cada una de éstas brillaban corpúsculos luminosos y a su vez se interconectaban con las de su entorno a través de esta energía luminosa que fluía por su interior. Todas titilaban al unísono emitiendo destellos dorados. Las raíces de este árbol estaban arraigadas al universo que lo circundaba.
Toda la visión me llenó de profunda paz cuando logré interpretarla: El árbol era Dios, las hojas los seres humanos, la energía luminosa que lo mantenía vivo, el amor…Las hojas que caían marchitas al vacío y a la oscuridad eterna eran todos aquellos que nunca habían amado”

"Ruleta rusa sin balas"

“Atento el ojo, fría la mirada,
elucubración exacta,
en la trampa nunca hay nada.
Creyéronse la ilusión
de al azar poder ganar;
Enfermaron sus virtudes, empeñaron sus futuros.
jugarse la vida a todo o nada,
perder la cordura, lisiar la esperanza
y forzar la espiral cerrada de la suerte
hasta caer en un estado peor que la misma muerte”

Dedicado a los jugadores compulsivos que llenan mi vida de incertidumbre.


“Orbe Novel” (Universo nuevo)

"Silencios abismales perturban
la disonancia de la algarabía.
Tiempos modernos, dicen:
expansiones de la ciencia,
consumo masivo de fruslerías.
Falsos gurúes que pretenden
conducirte a la sabiduría,
alimentando sus egos y preocupados
sólo en su economía.
Salvadores de almas se autoproclaman,
colectores de engranajes son,
para una sociedad impía.
Ensombrecen la verdad y la cubren de mentiras.

Hállome como un cenobita,
en la cumbre de una montaña imaginaria,
en la búsqueda del camino,
que no muestran los que te engañan.
En profundas reflexiones, meditando desde el alba,
surge de pronto la luz que fulgura,
hasta el centro de mi alma.
La verdad con su certeza y con toda su omnisciencia,
me pierde en laberintos de fabulosa opulencia,
llevándome al principio y al final de la existencia.
Desgarrando mi atadura corporal,
me elevo por los cielos, en un vuelo atemporal,
exploro el universo en mi viaje sideral
y un éxtasis infinito me acaba de llegar…
Sólo dura unos segundos y regreso a mi sitial;
el viejo mundo ante mis ojos se comienza a desmoronar;
el antiguo sentido de la vida ya no tiene mas lugar.
Desde hoy en adelante todos me querrán juzgar;
dirán: Ahí va otro anacoreta que no se quiere subyugar,
¡no lo miren, no lo toquen, él los puede despertar!"

"A una ciudad."

“No es tu tierra la más adecuada para transplantar mis raíces. No te ofendas, ciudad, pero nací para la tranquilidad, necesito del verde de los campos y el azul profundo del mar, las fronda de los bosques y el cielo atemporal, la luz de las estrellas y el silencio al despertar”

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