"Tormenta, abátete sobre estos desparpajos humanos, arrásalos con el rayo y el fuego purificador y luego borra sus cenizas con la lluvia renovadora; ¡Que no queden rastros de nuestros egos y malicias, que nadie se entere de que aquí estuvimos!
Conviértenos en nada, volviendo a la nada de donde salimos".
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